¿Puedo decir “no sé”? ¿Aún si soy jefa? ¿Qué se pone en juego? ¿Qué miedos aparecen? Son 4 preguntas que desafían legados históricos enormes y que a su vez son centrales en la capacidad de una empresa para adaptarse al futuro.
Cuando las compañías nos piden acompañarlas en procesos de transformación, nos convocan creyendo que necesitan “una transformación digital” o “volvernos más ágiles” o “un espacio de innovación”. En todos y cada uno de los casos, la transformación es primero cultural y por ende, personal. Los líderes que aceptan esto, piden que los ayudemos a desafiar su propio statu quo, su mirada del mundo. Entonces, el foco pasa a ser el desarrollo de una nueva actitud. Sin eso, por más herramientas digitales que aparezcan, la compañía no se actualiza.
Esta nueva actitud que se busca desarrollar a través de capacitaciones, programas y retiros. Solo destacaría algo más: ser aprendiz.
Poder decir “no sé pero lo voy a averiguar” es un cambio radical para cualquier miembro de un equipo, más aún si quien lo dice es el líder.
Para que esto suceda, es importante trabajar con todo el equipo donde el foco está en generar un nuevo contexto, con nuevas dinámicas y reglas. Cambiamos la forma de tener conversaciones, reuniones.
Esto se practica como la incorporación de cualquier nuevo hábito. Solo así y de a poco, logramos romper con reglas implícitas y el “acá las cosas son así y no van a cambiar” (resignación).
Ser aprendiz implica saber que hay cosas que no sé, entender que el contexto cambia permanentemente y eso me invita a repensar mis verdades, que es mejor cuestionar que esconder dudas.
Un aprendiz sabe que está condicionado por el observador que es y por eso busca ampliar su mirada del mundo en cada oportunidad. Tiene más preguntas que respuestas, desarrolla una escucha reverencial sin estar pensando en qué decir después.
Si miramos las compañías cuyos servicios usamos cada vez más, Netflix, Spotify, Instagram, o si conversamos con emprendedoras que florecen frente a la incertidumbre, el mantra que prevalece es “quien aprende más rápido, gana” y para eso, ¿qué puede ser más importante que volvernos eternos aprendices?
May.
Esta columna (editada) acompaña una nota publicada en Ohalalá en Junio 2018 llamada “Las líderes del futuro”. Al escribirla, me dieron ganas de reconectar con mujeres emprendedoras (dentro y fuera de empresas), volver a dar charlas en esos ámbitos y sobre estos temas.
[…] Diseñar el aprendizaje. Si encaro esto, ¿cómo me aseguro que valga el esfuerzo? Intencionando aprender. Toda buena historia contiene personajes que se transformaron, empiezan siendo ordinarios y […]